Yo me fui a desarrollar todo lo que tenía pensado y visualizado respecto a construir un lugar para que la gente tuviera la oportunidad de sanar integralmente, es decir, su cuerpo, su mente y su espíritu, a este lugar paradisíaco donde yo mismo experimenté un despertar interno años atrás. Este despertar interno me fue llevando a un entendimiento cada vez más profundo respecto a quién soy y lo que he venido a hacer a esta vida.
Al principio yo sentía que con todo lo que ya traía en las manos, iba a ser muy fácil mi “éxito” en este bello lugar, sin embargo, Cancún es una verdadera escuela, una universidad yo diría, allí si no estás bien definido el mismo ritmo y energía de la sociedad te bota o te lanza con su fuerza centrífuga, de hecho, hay una frase muy conocida allá que dice: “Cancún al año, o te adopta, o te aborta” y es que no es para menos, la energía que allí hay, la luminosidad de la luz, la energía de la sociedad tan dinámica y, lo más importante y presente, la gran cultura maya que aún permanece allí, hacen de este lugar simplemente especial, pero no cualquiera lo aguanta o entra armoniosamente.
Cancún es una ciudad pluricultural, habemos gente de toda la república, pero también de todo el mundo, no hay una identidad cultural arraigada o perdominante, no hay en realidad domingos familiares, allí parece que no hay fines de semana, todos los días son iguales, la gran mayoría descansamos días diferentes, unos los martes, otros los viernes, otros los sábados, algunos afortunados los domingos, pero en general todo gira de acuerdo a los ritmos de la hotelería y casi todo en hacer dinero. Se descansa sólo un día. No creo que sea casual que sea una de las ciudades con mayor número de divorcios y separaciones, porcentualmente a la población, así como de suicidios en México. Pero bueno, ese es ya otro tema que se puede entender con el trabajo que estuve desarrollando allá.
Después de los ataques terroristas en el 2001 la industria turística en Cancún se vino abajo, entonces, mucha gente nos dimos cuenta que no era sano depender sólo de una industria, en este caso la turística. Cabe mencionar que Cancún es la ciudad más joven de todo México, tiene sólo 38 años de edad, mi edad, y fue creada específicamente para el turismo, por lo que nuestra principal industria es ésta, y si el turismo baja, prácticamente todo Cancún se detiene. Entonces, en medio de una ciudad paralizada, es que voltee la mirada al campo y me di cuenta que estaba muy olvidado, por lo que de esta manera comencé a trabajar para impulsar el campo y fundé con compañeros, amigos y una representante de la cultura maya la asociación para el desarrollo sustentable Tierra Humana A.C.
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