Comienzo en los Spas

Después de transitar por muchos caminos durante años (llegué a Cancún en 1998), de tocar tantas puertas y de ver tanto egoísmo e individualismo en las empresas e indiferencia en la sociedad, decidí abandonar la actividad social mediante la asociación Tierra Humana A.C. Había veces que iba y venía a oficinas del municipio, o aquí y allá para gestionar esto o aquello, y no tenía nada en la «panza», hubieron veces que o pagaba el taxi de regreso a la casa o me comía una torta. Los días pasaban y otra vez ya se venía el día de pago de la renta y a tronarme los dedos, entonces me acordé de la pirámide de Maslow sobre atender primero las necesidades básicas de la pirámide existencial y comencé entonces a retomar lo mío que eran las terapias alternativas y la medicina tradicional.

Entonces comencé a trabajar para Spas de diferentes hoteles, fui muy feliz en esa época porque fue para mi como llegar a un oasis después de caminar por un largo desierto… No sabes cómo disfrutaba y bendecía el comedor de empleados, así como quincenalmente mi depósito en mi tarjeta de nómina, ¡simplemente era la persona más feliz del mundo! Debo reconocer que no es fácil ser un idealista, ¡y menos en Cancún!

Por eso escribí durante un diplomado de “Líderes Sociales” que estaba haciendo en la Universidad Virtual del Tecnológico de Monterrey respecto a:
c) Presentar alguna propuesta concreta sobre la importancia que tienen los voluntarios en las organizaciones de la sociedad civil, y cómo se pueden fortalecer las políticas públicas con respecto al tema de los voluntarios en su país.

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