Puedo decirles que en la preparatoria fui mal alumno, de plano no sabía que quería hacer con mi vida y los estudios como a muchos jóvenes no me daban respuestas.
Después, tuve la oportunidad de estudiar la licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac del Sur, generación 1995-1999. Por cierto, me equivoqué de profesión por la falta de orientación vocacional y porque a esa edad no tenía idea hacia donde quería ir, pero siempre he sido de esas personas que les gusta terminar lo que empieza, por eso a pesar de no estar contento estudiando esa carrera y para no fallarles a mis papás, la terminé.
Cabe señalar que no sobresalí en esta etapa y de hecho considero que fui un alumno promedio que todavía no sabía para qué estaba realizando esos estudios.
A mitad de la licenciatura tuve que buscar un trabajo estable para ayudar a mis padres a pagar la carrera pues los costos de inscripción y mensualidades eran elevados. Definitivamente empezar a trabajar me ayudo mucho para valorar lo que cuesta ganarse la vida.
Posterior a la licenciatura, tuve muchas ganas de seguir estudiando, por lo que mandé una carta a mi universidad para solicitar una beca y a cambio yo me ofrecía para colaborar con la institución organizando cursos, talleres y seminarios. La respuesta que me dieron fue positiva y eso significó para mi poder estudiar 100% becado la Maestría en Administración de Empresas, generación 2000-2001. La condición que me pusieron las autoridades académcias para conservar dicha beca era mantener un promedio mínimo de nueve. Yo sabía que era una oportunidad única, pues si la desperdiciaba, no había manera de poder pagarme esos estudios. Fueron dos años de mucho esfuerzo, estudiaba mucho y cada trimsetre estaba muy presionado para no bajar el promedio. En esa etapa descubrí que no era tan mal alumno como yo creía, que simplemente era cuestión de constancia y disciplina. Al finalizar mis estudios de maestría me otorgaron la Mención Honorífica por haber obtenido el promedio más alto de la generación.
Yo quería seguir aprendiendo, me consideraba aún muy ignorante en muchas cosas, y para seguir con mis estudios tuve la dicha de que la Institución para la que trabajaba, Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación, me becara al 100% para realizar estudios de posgrado en el prestigioso InstitutoTecnológico Autónomo de México, ITAM , en especial dos diplomados, el primero de ellos llamado: Dirección de Recursos Humanos con una duración de un año y el segundo de una duración de poco más de seis meses, en Desarrollo Organizacional, cabe señalar que para este último fui seleccionado como representante de la generación y por ello tuve el honor de dar el discurso de graduación ante el rector del ITAM, autoridades académicas y más de cuatrocientos invitados entre familiares y amigos de todos los graduados.
Mis estudios más recientes (2006-2007) y también pagados al 100% por el Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación, los realicé en el prestigioso Instituto Panamericano en Alta Dirección de Empresa, IPADE. Institución reconocida por periódicos como el Financial Times como una de las mejores Escuelas de Negocio en el mundo en el tema de valores y factor humano.
De una generación de ochenta directivos, fui elegido por mi generación junto con otros dos compañeros para formar parte de la mesa directiva integrada por un presidente de generación, un vicepresidente y un tesorero, quienes tienen el compromiso de participar activamente durante dos años para fortalecer y proponer mejoras al programa de Continuidad y Actualización. De esa manera fui nombrado tesorero de mi generación y con ello pasé a formar parte del Consejo Consultivo del Programa de Continuidad y Actualización que ofrece cada año el IPADE.
Como verán, he querido estudiar mucho y las intituciones y empresas con las que he tenido oportunidad de trabajar han creido en mi para que siga preparándome. Por lo anterior, me siento profundamente agradecido y con una enorme responsabilidad por ser un mejor ciudadano, que sea útil a su sociedad. Por ello en el día a día en mis labores profesionales siempre me he entregado con tanta dedicación.